La Toma De Decisiones, Una Constante En La Vida

En estos momentos recuerdo una entrevista hecha recientemente al escritor y periodista mexicano Juan Villoro, en la cual exponía que cuando él era niño le preguntaba a su padre (el filósofo Luis Villoro) "¿a qué te dedicas papá?", a lo cual el padre respondía sin ningún titubeo: "hijo, yo me dedico a buscar el significado de la vida".  Ya me imagino la cara de asombro del niño ante semejante respuesta, además de imaginar también todas las interrogantes que la misma le generaba.

--> Con seguridad el filósofo Luis Villoro en algún momento de su vida tomó la decisión de dedicarse en cuerpo y alma a semejante empresa. Pero nosotros al igual que él todos los días nos enfrentamos a situaciones donde tenemos la obligación y responsabilidad de decidir sobre tal o cual cosa, donde algunas de ellas tienen un mayor peso y trascendencia en el rumbo que nos vamos fijando en nuestro andar cotidiano o con el propósito y metas que seguimos en nuestra vida.

Ahora, una pregunta interesante y que siempre es necesario tomar unos minutos de nuestro tiempo para reflexionar acerca de ella es qué tan bien decidimos, y la respuesta reside en comprender a qué tipo de decisiones nos referimos, por una parte está la "frecuencia" con que las tomamos y por la otra la "relevancia" de las mismas. Respecto a la frecuencia no está en tela de juicio que consciente o inconscientemente todos los días decidimos. Y con respecto a la relevancia podemos distinguir entre las decisiones sobre lo "ordinario" y las decisiones sobre lo "extraordinario", o lo que mencionábamos anteriormente, la trascendencia en nuestras vidas de las mismas.

Es importante resaltar que el ser humano no es infalible y por ende nos lleva a reconocer que también se equivoca en sus decisiones, y algunos de los factores que dificultan su decisión son: la ignorancia, los vicios, la pasión, la perversión, la enfermedad o la violencia, sólo por mencionar algunos de los más sobresalientes, y la constante en cada uno de ellos es que en mayor o menor medida corrompen nuestras virtudes y valores que pudimos haber arraigado hasta ese momento. Otro factor que no podemos dejar de mencionar y que entorpece nuestras decisiones es la soberbia, la cual nos expone al capricho, a lo insensato, a lo irreal y nos encamina a un deseo desordenado de sobresalir.

Pero es por medio de una educación integral que podemos llegar a darnos cuenta que no estamos solos y que contamos con los medios a nuestro alcance para que cada día, aunque suene ilógico, seamos más dueños de nuestras decisiones. Una buena forma de comenzar es potenciando lo mejor que poseemos, o dicho de otra manera: "ser lo mejor que podamos ser". En la antigua Grecia ésto se conocía bajo el concepto de "Areté" que en su forma más general está vinculado con la excelencia. El Areté no es un procedimiento mecanizado pero podemos citar que sus conceptos primordiales son: 1) Profundizar en el conocimiento, 2) práctica diaria del bien, y 3) compartir nuestros conocimientos y experiencias con otras personas.

Para profundizar en el conocimiento y enriquecer el intelecto es necesario dedicar toda nuestra atención en el estudio, y para el caso particular que estamos tratando de la toma de decisiones no hay mejor aliado que profundizar en el estudio de la ética, pues ya que si buscamos óptimos y cosas buenas en la acción nos relacionamos con la ética, ya que en ella podemos encontrar una lista de atributos positivos deseables al decidir. También, es necesario que por medio de la práctica diaria arraiguemos en nosotros la virtud de la Prudencia, que es la virtud que nos permite pensar y actuar correctamente.

Decidir pondrá a prueba todas nuestras fuerzas y no hay que perder de vista que el decidir bien es un hábito que se adquiere por medio de poner en práctica las buenas costumbres en nuestro actuar cotidiano. Asumamos el reto de mantener nuestra integridad evitando que se corrompa lo mejor que tenemos, seamos prudentes al tomar una decisión, con humildad y manteniendo la calma.

FUENTE: articuloZ

José Luis Murillo Pérez - Sobre el Autor:

José Luis Murillo Pérez

Estudiante de la Maestría en Liderazgo Desarrollador por el Instituto de Ciencias y Eduacación Superior A.C.

Puebla, México.