Sin Riesgo No Hay Aventura Full. Pero Sin Esta Habilidad La Salida Termina Mal. Lee

--> Osvaldo conocía ese campo como la palma de su mano. Sus tantas salidas de aventura en setiembre le daban la seguridad del cazador experimentado. Cazar jabalí al acecho no es para ansiosos. Hay que tener mucha paciencia y resistencia a las inclemencias climáticas, pues la emboscada puede durar mucho tiempo.

Preparó el cebadero con esmero. Al fondo, el chancho podría darse un buen baño de lodo con aceite quemado. Más dentro del monte colocó el maíz tapado con tierra, a unos 80 metros de su apostadero.

Y la aventura comenzó. Silencio de horas con nubes y sin sol. Las nubes ayudaron, pero la lluvia casi le hace desistir. Y lo impensado. Tantos años de experiencia y no pudo anticipar la rama lastimada sobre la que montó su escondrijo. El chaparrón y el viento hicieron el resto. Cayó mal al piso sobre su pierna derecha. Adiós aventura. Hola tragedia.



Sé que a ti, amable lector, no te ha pasado. Cuidado. No te confíes como Osvaldo. Alguna vez en tus salidas de aventura deberás enfrentar una situación de supervivencia. Y en ese momento será bueno que conozcas algunas habilidades básicas, como la capacidad para hacer fuego, buscar agua o comida, construir un refugio, o primeros auxilios.

Debes estar preparado, y la mejor forma de hacerlo es comenzar a conocer las principales habilidades que necesitas para salir con vida de cualquier imprevisto.

Hoy quiero presentarte una habilidad de supervivencia para que tu aventura termine bien: en una situación peligrosa, lo primero que hay que hacer es OBSERVAR CON CUIDADO.

Puedes usar varios de tus sentidos: olfato, vista, y oído. Debes entender el entorno en dónde estás, qué es normal y qué no, y cómo enfrentarás esa situación. Observar es la clave para HACER UN BUEN PLAN.



Toma unos minutos para determinar el patrón de tu entorno y lo que está ocurriendo a tu alrededor.

Determina el patrón de tu entorno: si la situación de supervivencia ocurre cerca del mar, en una playa, observa el movimiento del agua, los horarios de luz y oscuridad, los vientos.

Determina el patrón de los animales: la altura de vuelo de las aves, qué signos anuncian, o de qué escapan, la altura de nado de los peces en diferentes momentos del día y su significado, el movimiento de los grandes grupos de animales de tierra, etc.

Finalmente determina el patrón del cielo: qué anticipa una tormenta, qué anticipa sol radiante, qué anticipa lluvia, etc. 



Cada entorno tiene su ritmo, y en él participan sonidos, olores, movimientos. Sus protagonistas serán los animales, las aves, los insectos, el agua de río, mar o arroyo, la arena, el viento, el calor o el frío, etc. La lista es interminable.

Por ello es tan importante antes de tomar la acción de auto-rescate, conocer cómo se mueve todo a nuestro alrededor.

Observa a tu derecha, a tu izquierda, adelante y atrás, arriba y abajo. TRAZA TU PLAN. Y entonces sí, manos a la obra.

Osvaldo supo que debería pasar la noche allí, y que era muy probable que el chancho apareciera. A rastras reordenó su refugio, y cada 30 minutos gritaba, o cantaba una canción (los jabalíes tienen un olfato y un oído superiores a los nuestros). Mientras tanto, entablilló su pierna con una rama, y por la mañana comenzó el regreso al punto de encuentro con el resto de la cuadrilla.



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FUENTE : linkses.com