La infidelidad puede ser perdonada. Es un proceso que atañe a las partes afectadas, pero principalmente a la pareja del adúltero.
Palabras claves: perdonar adulterio, infidelidad.
Cuando el veneno de la infidelidad penetra un una pareja, todo cambia de inmediato. Incluso la simple sospecha de una de las partes –justificada o no- afecta la dinámica de la relación.
Los celos son, según algunos sicólogos, un mecanismo innato destinado en última instancia a evitar la infidelidad del otro.
No obstante los traumas morales que provoca en los afectados, muchas veces decidimos preservar el matrimonio a toda costa.
Pero ¿cómo salvar una relación contaminada de infidelidad?
No es nada fácil, pero resulta perfectamente posible. Apenas una quinta parte de todos los divorcios alegan comportamiento adúltero como causa, lo que tal vez signifique que cerca de la mitad de los actos de infidelidad son perdonados.
1. En primer lugar, hacer oídos sordos a las habladurías porque no seremos los primeros ni los últimos en tomar el camino del perdón... y aunque lo fuéramos. La disposición a perdonar una infidelidad suele haberse determinado de antemano, mucho antes de que ocurra el adulterio.
2. La irritación por el evento pasará tarde o temprano. Pero aunque estés dispuesto a perdonar, no es conveniente tampoco hacerlo saber de inmediato.
3. El adúltero deberá apreciar claramente las consecuencias de su accionar, pagar un alto precio por su actitud traicionera, sentirse a punto de perderlo todo.
4. El alejarse o no por un tiempo es decisión de cada pareja, pero las relaciones sexuales siempre deberían tomarse un buen receso, durante el cual las oportunidades de arrepentimiento tendrán ocasión de aflorar. Estar al tanto de estas es vital, porque nos permitirá dejarle entrever que todavía tiene alguna posibilidad.
5. El proceso de arreglo solo dará inicio tras el complete reconocimiento del error y solicitud expresa de clemencia por parte del adúltero. A partir de entonces estaremos al mando de la situación, dosificando el ritmo de la reconciliación mediante conversaciones profundas en las que salgan a la luz las razones de la infidelidad, entre otros temas cardinales.
6. Este proceso debe ser muy sincero y abierto, resultando siempre enriquecedor para ambas partes. El engañador se enfrentará a su pecado y el engañado al posible reto de mejorar en ciertos aspectos de su relación... que nadie es perfecto ¿no?
7. Toda vez madurada la decisión y comprendida por las partes la ventaja de mantener la unión, el perdón será concedido y dará paso a una unión sexual que siempre resultará de maravillas, considerando que ambos estarían frente a un nuevo amanecer de sus relaciones, lejos de todo rancor por lo sucedido y decididos a cimentar en lo adelante una mejor y más rica unión en todos los órdenes.
Jose Solano
Experto en Superacion Personal y Motivacion
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